Le eleva el solano, y se va; Y tempestad lo arrebatará de su lugar.
Reinó Dios sobre las naciones; Se sentó Dios sobre su santo trono.
También yo me reiré en vuestra calamidad, Y me burlaré cuando os viniere lo que teméis;
que dicen a un leño: Mi padre eres tú; y a una piedra: Tú me has engendrado. Porque me volvieron la cerviz, y no el rostro; y en el tiempo de su calamidad dicen: Levántate, y líbranos.
Por tanto, yo los esparciré al viento del desierto, como tamo que pasa.
Oh Jehová, fortaleza mía y fuerza mía, y refugio mío en el tiempo de la aflicción, a ti vendrán naciones desde los extremos de la tierra, y dirán: Ciertamente mentira poseyeron nuestros padres, vanidad, y no hay en ellos provecho.
Sus soldados mercenarios también en medio de ella como becerros engordados; porque también ellos volvieron atrás, huyeron todos sin pararse, porque vino sobre ellos el día de su quebrantamiento, el tiempo de su castigo.
En muchas aguas te engolfaron tus remeros; viento solano te quebrantó en medio de los mares.