No haré ahora acepción de personas, Ni usaré con nadie de títulos lisonjeros.
Quita de sobre mí tu plaga; Estoy consumido bajo los golpes de tu mano.
Te alabarán, oh Jehová, todos los reyes de la tierra, Porque han oído los dichos de tu boca.
Y yo dije: ¡Ah! ¡ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy niño.
Pero tú, oh Jehová, me conoces; me viste, y probaste mi corazón para contigo; arrebátalos como a ovejas para el degolladero, y señálalos para el día de la matanza.
Yo en muy poco tengo el ser juzgado por vosotros, o por tribunal humano; y ni aun yo me juzgo a mí mismo.