los espejos, el lino fino, las gasas y los tocados.
Sus puertas se entristecerán y enlutarán, y ella, desamparada, se sentará en tierra.
Anunciad guerra contra ella; levantaos y asaltémosla a mediodía. ¡Ay de nosotros! que va cayendo ya el día, que las sombras de la tarde se han extendido.
Prepararé contra ti destruidores, cada uno con sus armas, y cortarán tus cedros escogidos y los echarán en el fuego.