Cuando fueren abatidos, dirás tú: Enaltecimiento habrá; Y Dios salvará al humilde de ojos.
Mi lengua se pegue a mi paladar, Si de ti no me acordare; Si no enalteciere a Jerusalén Como preferente asunto de mi alegría.
Ciertamente él escarnecerá a los escarnecedores, Y a los humildes dará gracia.
Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.