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Ahora, pues, їestáis dispuestos para que al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, os postréis y adoréis la estatua que he hecho? Porque si no la adorareis, en la misma hora seréis echados en medio de un horno de fuego ardiendo; їy qué dios será aquel que os libre de mis manos?
Y Faraón respondió: їQuién es Jehová, para que yo oiga su voz y deje ir a Israel? Yo no conozco a Jehová, ni tampoco dejaré ir a Israel.
їQué dios de todos los dioses de estas tierras ha librado su tierra de mi mano, para que Jehová libre de mi mano a Jerusalén?
Mirad que no os engañe Ezequías diciendo: Jehová nos librará. їAcaso libraron los dioses de las naciones cada uno su tierra de la mano del rey de Asiria?
їDónde está el dios de Hamat y de Arfad? їDónde está el dios de Sefarvaim? їLibraron a Samaria de mi mano?
їQué dios hay entre los dioses de estas tierras que haya librado su tierra de mi mano, para que Jehová libre de mi mano a Jerusalén?
El rey habló a Daniel, y dijo: Ciertamente el Dios vuestro es Dios de dioses, y Señor de los reyes, y el que revela los misterios, pues pudiste revelar este misterio.
Y acercándose al foso llamó a voces a Daniel con voz triste, y le dijo: Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, їte ha podido librar de los leones?
Confió en Dios; líbrele ahora si le quiere; porque ha dicho: Soy Hijo de Dios.