Y haré tu descendencia como el polvo de la tierra; que si alguno puede contar el polvo de la tierra, también tu descendencia será contada.
Manos tienen, mas no palpan; Tienen pies, mas no andan; No hablan con su garganta.
Perece el justo, y no hay quien piense en ello; y los piadosos mueren, y no hay quien entienda que de delante de la aflicción es quitado el justo.
Entrará en la paz; descansarán en sus lechos todos los que andan delante de Dios.