De los animales limpios, y de los animales que no eran limpios, y de las aves, y de todo lo que se arrastra sobre la tierra,
de dos en dos entraron con Noé en el arca; macho y hembra, como mandó Dios a Noé.
Vinieron, pues, con Noé al arca, de dos en dos de toda carne en que había espíritu de vida.
Y los que vinieron, macho y hembra de toda carne vinieron, como le había mandado Dios; y Jehová le cerró la puerta.