Y fueron los días de Taré doscientos cinco años; y murió Taré en Harán.
Y estos fueron los días que vivió Abraham: ciento setenta y cinco años.
El hombre nacido de mujer, Corto de días, y hastiado de sinsabores,
Mas yo, como si fuera sordo, no oigo; Y soy como mudo que no abre la boca.
Porque todos sus días no son sino dolores, y sus trabajos molestias; aun de noche su corazón no reposa. Esto también es vanidad.
Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa;
Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra.