Entonces Abram se postró sobre su rostro, y Dios habló con él, diciendo:
Se rió, pues, Sara entre sí, diciendo: їDespués que he envejecido tendré deleite, siendo también mi señor ya viejo?
Entonces dijo Sara: Dios me ha hecho reir, y cualquiera que lo oyere, se reirá conmigo.