Porque tú no eres un Dios que se complace en la maldad; El malo no habitará junto a ti.
Mira, oh Dios, escudo nuestro, Y pon los ojos en el rostro de tu ungido.
y gritó como un león: Señor, sobre la atalaya estoy yo continuamente de día, y las noches enteras sobre mi guarda;
Profecía sobre Duma. Me dan voces de Seir: Guarda, їqué de la noche? Guarda, їqué de la noche?