Y clamando a Jehová, dijo: Jehová Dios mío, їaun a la viuda en cuya casa estoy hospedado has afligido, haciéndole morir su hijo?
Entra luego, y enciérrate tú y tus hijos; y echa en todas las vasijas, y cuando una esté llena, ponla aparte.
Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.