De veintidós años era Amón cuando comenzó a reinar, y dos años reinó en Jerusalén.
E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, como había hecho Manasés su padre; porque ofreció sacrificios y sirvió a todos los ídolos que su padre Manasés había hecho.
Pero nunca se humilló delante de Jehová, como se humilló Manasés su padre; antes bien aumentó el pecado.