Envía, pues, ahora y congrégame a todo Israel en el monte Carmelo, y los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal, y los cuatrocientos profetas de Asera, que comen de la mesa de Jezabel.
Entonces Acab convocó a todos los hijos de Israel, y reunió a los profetas en el monte Carmelo.
Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses.
Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto.