Y el rey y todo el pueblo que con él estaba, llegaron fatigados, y descansaron allí.
Mas el rey de Siria había mandado a sus treinta y dos capitanes de los carros, diciendo: No peleéis ni con grande ni con chico, sino sólo contra el rey de Israel.
ni pensáis que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca.