Aconteció que cuando él hubo acabado de hablar con Saúl, el alma de Jonatán quedó ligada con la de David, y lo amó Jonatán como a sí mismo.
Y Saúl le tomó aquel día, y no le dejó volver a casa de su padre.
E hicieron pacto Jonatán y David, porque él le amaba como a sí mismo.
Y se enojó Saúl en gran manera, y le desagradó este dicho, y dijo: A David dieron diez miles, y a mí miles; no le falta más que el reino.
Y desde aquel día Saúl no miró con buenos ojos a David.