Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.
Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
Y andan errantes por falta de pastor, y son presa de todas las fieras del campo, y se han dispersado.
Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.
Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria.