No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí.
No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.
Pero fiel es el Señor, que os afirmará y guardará del mal.
Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.
conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.